La doctora Karin Staab nos da una receta de cómo evitar el daño permanente del Sol sobre la piel.
- Permanezca en la sombra. Limite la exposición al Sol, especialmente de 11 AM a 16 PM, cuando la luz solar es más intensa porque los rayos caen en forma perpendicular sobre la superficie de la Tierra y son menos bloqueados por las capas protectoras de la estratósfera.
- Use protector solar.Obtenga un factor de protector solar (FPS) 15 o superior, con protección UVA y UVB. Si tiene la piel bien clara, use un FPS 30 o superior. Póngase el protector solar de 20 a 30 minutos antes de salir. Vuelva a ponérselo con frecuencia, por lo menos cada 2 horas. No escatime en cantidad, ni en calidad de producto.
- Proteja sus ojos.Póngase gafas que protejan los lados de los ojos y que estén etiquetadas para proteger contra los rayos UVA y UVB.
- Cúbrase la piel.Una vestimenta protectora y un sombrero de ala ancha pueden ayudarle a reducir la exposición al sol.
- Evite las camas de bronceado. Las cámaras de bronceado y las lámparas solares utilizan bombillas especiales que aceleran el bronceado, pero también emanan rayos UV dañinos, lo que a su vez aumenta el riesgo de daño a la piel y cáncer.
- Las embarazadas no deben tomar sol, la piel es más sensible, propensa a quemarse y deshidratarse, pero además los rayos UV desintegran el ácido fólico necesario para el desarrollo del cerebro y de la médula, afectando el desarrollo normal del bebé.
- Las personas que consumen medicamentos habitualmente deben consultar a su médico ya que muchos fármacos pueden provocar reacciones al sol. Son medicamentos fotosensibilizantes.
- Los bebés menores de 6 meses no deben exponerse al sol y el protector solar debe ser indicado por el pediatra de acuerdo a su tipo de piel y otras consideraciones que debe evaluar.