Con los años el rostro pierde el volumen natural, la piel se deshidrata y la matriz dérmica comienza a carecer de ácido hialurónico. Así mismo, el colágeno se altera y envejece produciendo con ello una flaccidez que lleva a pérdida del óvalo facial y descenso de algunos elementos que aportan volumen en nuestra cara. El triángulo facial, de vértice inferior y base superior de la Juventud se invierte y ahora es de vértice superior debido al descenso de las almohadillas grasas superficiales de la cara
La doctora Karin Staab nos cuenta que para tratar éstos inesteticismos existen diversas sustancias líquidas y sólidas que pueden reponer el volumen perdido y recuperar el triángulo facial. Han sido llamadas fillers o rellenos. Para lograr el objetivo, se utilizan desde implantes de hueso, grasa (lipotransferencias autólogas) hasta fillers de sustancias artificiales como ácido hialurónico ramificado y algunos plásticos o plasma gelificado que se reabsorben muy lentamente. Algunos pueden ser perjudiciales para la piel, dependiendo de su tipo. La silicona y los acrílicos (metacrilato), por ejemplo, son sustancias muy irritantes y producen granulomas que pueden llegar a ser muy inestéticos. Por ello es muy importante consultar con un médico experto en el tema de implantes semilíquidos.
Las sustancias más comúnes e inocuas son el ácido hialurónico ramificado y plasma gel o Biofiller. Permiten a los especialistas rellenar los surcos, pómulos, labios u otros defectos inestéticos con muy buenos resultados logrando un aspecto sano y juvenil del rostro. Duran un período variable entre 6 a 18 meses y se reabsorven sin dejar secuelas. Pueden inyectarse en los labios y mejorar su volumen, pómulos, surcos, mentón e, incluso en lugares donde falte volumen como glúteos, dorso de las manos, mamas, etc.
En la Clínica de la Dra Karin Staab somos expertos en implantes autólogos líquidos reabsorvibles.