¿Qué puedo tratar con PRP?

La doctora Karin Staab comenta que son varias las enfermedades e intesteticismos que pueden tratarse con PRP (Plasma Rico en Plaquetas).

Ha sido utilizado desde hace 3 décadas en cirugías traumatológicas y maxilofaciales con gran pérdida ósea. Desde hace unas 2 décadas se utiliza en Medicina Antienvejecimiento como técnica biológica autóloga (del propio organismo) para reparar los efectos del envejecimiento en la cara y otras partes del cuerpo.

Los factores de crecimiento que contienen las plaquetas son liberados cuando éstas son activadas e inyectadas dentro de la dermis (capa de la piel que mantiene la matriz dérmica). Se pegan a los receptores de las células blanco a las que van destinados (fibroblastos, células madre del dermis, células epidérmicas, células endoteliales, etc) produciendo una activación celular a nivel nuclear (en el material genético envejecido de las células), obligándolas de manera completamente natural a volver a fabricar lo que antes hacían tan bien.

De esa manera, tendremos una matriz dérmica mejorada (ácido hialurónico, elastina, colágeno, coenzima Q10, etc), más fibroblastos (los obreros que producen la matriz dérmica) y más activos, desarrollo de las células madre del dermis (están de reserva y ahora se convierten en fibroblastos, también). Además, se estimula la epidermis (la capa más superficial de la piel). Todo lo anterior se traduce en una piel más lisa, hidratada, turgente, llena de vida, con menos flacidez, mejor textura y suavidad, más brillo y menos manchas.

Al estimular las células madre y germinales de los folículos pilosos mediante factores de crecimiento de folículos pilosos, también se utiliza para tratar casos de alopecía o pérdida de cabello siguiendo ciertos protocolos modernos y asociado o no a Intradermoterapia farmacológica o terapia sistémica.

La aplicación del concentrado de plaquetas además es muy útil en los siguientes casos:

  • Cicatrización de heridas y tejido óseo.
  • Sello en heridas.
  • Aceleración en la asimilación de injertos.
  • Para detener el sangrado.
  • En casos de implantes para regeneración, cicatrización y asimilación.
  • En personas con déficit en el proceso de cicatrización como diabéticos.
  • Regeneración de la piel ulcerada o con escaras.