El fotoenvejecimiento es un proceso caracterizado por la aparición prematura de lesiones en la piel como arrugas finas y profundas, sequedad, flacidez y aspereza de la piel, así como microvárices y cambios pigmentarios (lentigo solar).
Los principales signos del fotoenvejecimiento son la aparición de arrugas prematuras, flacidez y manchas en las zonas que más se exponen al sol (cara, cuello, escote y antebrazos).
Esta afección comienza desde temprana edad, normalmente cuando no se toman precauciones ante la exposición solar. Envejecer es inevitable, pero en la actualidad se puede retrasar este proceso si se toman medidas a tiempo.
¿Cuáles son las causas de su aparición?
La exposición excesiva al sol, incluso el reflejo de éste, o el uso de camas solares, ocasionan el envejecimiento prematuro de nuestra piel. Esto es debido a que la luz solar posee rayos ultravioleta (rayos UVA y UVB) que penetran las capas de la piel y pueden causan daños como arrugas, infecciones, envejecimiento prematuro y cáncer de piel.
El fotoenvejecimiento afecta a todas las personas que se exponen al sol en exceso. Mientras más intensa haya sido la exposición al sol a lo largo de la vida (con especial importancia el sol que se recibe antes de los 20 años), más intenso será el fotoenvejecimiento. Por tanto, dependiendo del trato y cuidados que reciba nuestro cuerpo a lo largo de la vida, se definirá la velocidad del deterioro de la piel. Nunca es tarde para iniciar una protección efectiva contra el sol.
El tipo de piel que más sufre por los rayos solares es la piel clara, sin obviar que la piel morena también puede ser afectada. Esto se produce debido a que la piel muy clara o clara no cuenta con la suficiente cantidad de melanina (una especie de tinta café creada por los melanocitos), la cual defiende la piel de la agresión solar y logra el bronceado.
Por eso mismo, la piel de color tiene una protección natural, lo que logra que el daño solar sea menos fuerte.
El fotoenvejecimiento es una afección benigna que como tal sólo tiene implicaciones estéticas; sin embargo, está fuertemente ligado a un riesgo incrementado para padecer lesiones pre-cancerosas y cáncer de piel.
Los tratamientos pueden ir desde crear conciencia de la prevención, el uso de productos médicos y cosméticos que protejan su piel del sol, y la realización de tratamientos dermatológicos que permitan recuperar y mantener el buen estado de su piel, ya sea a través de tratamientos cosméticos o tecnología estética.