Hemos hablado antes del aseo e hidratación de la piel.
La piel recibe agua desde el organismo, esto depende de la cantidad de agua que bebemos, pero es el último lugar donde va el agua ingerida. Cuando tomamos poca agua, el organismo la saca de la piel primero, ya que el resto de los órganos son más importantes. La piel es el mayor reservorio de agua del cuerpo.
La deshidratación es muy nociva para la piel, haciéndola más sensible a las agresiones del medio ambiente, deteriorándose y dañándose. Los labios agrietados y resecos son el primer signo de alarma. Las funciones protectoras de la piel se pierden.
Cómo hidratarla:
- Beber agua
- Cremas hidratantes: evitan la evaporación excesiva desde la piel al aire
- Macromoléculas en cremas: ácido hialurónico, hidrolizados de colágenos, elastina y los glucosaminoglicanos: cubren las tugosidades del estrato córneo, atrapando agua